Abrásame con tus manos
llenas de deseo
siente como mi piel
se complementa con la tuya.
Atrápame con el fuego
de tu mirada;
siente mis ojos crepitar
en la cúspide de la perdición
que es tu boca.
Descontrólate sobre mí
y arrebátame la poca
inocencia que me queda.
Soy un ser indefenso
cuando moras en mi cuerpo,
y no siento vergüenza
al decir que sin tus besos
me muero.
Absórbeme todo
el jugo de mi insolencia;
quiero depositar mi furia
en tu tesoro de medialuna
y si es preciso morir allí,
mientras agonizas de placer
en el lado más oscuro
de mi cama.
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