Me aterra el dejarte ir como el querer amarrarte a mi estable inestabilidad, a este miserable odio a los amaneceres fríos y solitarios que solo anhelan un poco de fuego y oscuridad.
Me horroriza lo que hay en mi interior, tanto como el no llegar a conocerlo nunca. Y que lo único que logre, sea iluminarte con tanta oscuridad hasta cegarte.
No quiero ahogar tus sonrisas en lágrimas conservadas en vasos de agua, pero pretendo hundirme en carcajadas que estarán cada vez más lejos…
Aunque se muden a mi lado.
Escrito por:
Laura J. García García.