Se escuchan los lamentos de un pueblo adolorido,
cansado, devastado de tantas mentiras.
¡La anarquía está aquí!
Queriendo chuparte hasta la última gota de sangre;
no hay leyes, no hay Estado, no hay libertad.
¡Viva la represión! – Grita el Gobierno
¿Justicia social? No existe,
en un país donde manda el que tiene dinero.
Una enfermedad llamada corrupción
está en su apogeo,
«¡¿A mí qué putas me importa si
no tienes con qué comer?!» – se murmura
en las paredes del Congreso
y la muchedumbre calla,
sigue dándole potestades a esas ratas.
Aquí se goza, aquí se sufre,
te rompen los ovarios con impuestos
te rompen las bolas con salarios de miseria,
mientras «ellos» cogen el gasto público
y lo invierten en sus narcofiestas.
Nunca ha existido la revolución
solo fue un lava-cerebros
para enriquecerse de los más pendejos.
Ya no suficiente vaselina
y el culo lo tenemos rojo
pero, ¿qué más da?
Ponte en cuatro y deja de llorar.
A mí las ideologías políticas
me la sudan,
yo lucho por la igualdad.
A mí no me llamen ni de izquierda
ni de derecha;
mucho menos soy una «tibia»,
soy consciente del cambio,
creo que la educación es el camino
porque un pueblo bruto,
es más sencillo de domar.
A mí no me llamen guerrillera
por creer en la verdadera revolución…
Es esa que se logra,
batiendo récord
en las urnas.
Así se derrota a los corruptos,
así se lucha de verdad.
La guerra es el negocio sucio
y solo sirve para dividir más al pueblo.
Ilustración de:
Pawel Kuczynski
Replica a A tinta china Cancelar la respuesta