Ardor en la boca del estómago
crujen las enzimas digestivas,
calcinado está el esófago
y en el vértice de las comisuras
hay espuma viscosa.
lengua reseca, labios partidos
ojos rojos, mirada perdida;
gritos desesperados
manos temblorosas,
excesivo sudor brota
desde la testa hasta los pies.
Al fondo del pasillo
se escucha Moonlight Sonata;
los oídos duelen
y una fuerte lluvia de sangre
sale de la nariz.
Las tripas quieren florecer en el ombligo,
no hay equilibrio
sino unas piernas débiles, frágiles,
inservibles para correr;
el llanto desconsolado
cubriendo el rostro moribundo,
el cuerpo pudriéndose
poco a poco,
su alma buscando una tregua
pero la muerte lenta
está aquí
reposada y echando raíces
en la banca.
Texto duro y en carne viva.
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La muerte lenta se gestó mucho antes de ingerir el veneno…
Me he sentido morir. Muy bueno.
Un abrazo
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Profundidad del alma
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es muy linda!
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