Conjeturas temerarias echando raíces en mentes sanas
pensamientos inmorales floreciendo
en el despertar del celo,
un vientre arde en las yemas de los dedos
la temperatura absorbe los miedos
y el viento abrasa el deseo.
Un desenfrenado encuentro amordazando la divinidad,
hermosa divinidad oculta en la ingle
yace ahí toda esperanza rota
consumida por cuerpos etéreos…
Almas poseídas,
regocijándose en el alba
almas poseídas
calcinadas hasta los huesos
almas poseídas
conjugadas en verbo carne
y un sinfín de emociones mojadas en las manos.

Buenos versos, un saludó
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Muchas gracias!
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“un vientre arde en las yemas de los dedos”
Muy bueno, Jessi, muy bueno!!!
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Gracias por comentar 😀
Feliz que te guste, un abrazo!!
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